DISEÑO SOCIAL POSITIVO
El saco térmico para bebés desarrollado por la ONG Embrace, que surgió de una iniciativa de un grupo de estudiantes de Stanford Design Institute, es un buen ejemplo. El reto era cómo ayudar a sobrevivir a los niños que nacen prematuramente, o con bajo peso, en países con sistemas precarios de salud. Cuatro millones de bebés prematuros mueren al año en el mundo. El objetivo era encontrar una solución adecuada cuando no es estrictamente necesario usar incubadoras, cuya disponibilidad en los países pobres es insuficiente, además de ser caras y necesitar electricidad.
A través del design thinking se identificó lo que era necesario para que un niño sobreviviera y se definió un tipo de producto que tenía que ser local, de muy bajo coste y fácil de utilizar y de esterilizar. Finalmente se desarrolló este saco térmico que vale un 1% del coste de una incubadora y que es totalmente efectivo para evitar la muerte por hipotermia de los neonatos. Un invento social que está dando mucha vida.
En Camboya viven unas 70.000 personas mutiladas o con alguna discapacidad que no pueden usar una silla de ruedas.
La silla Mekong, diseñada por el equipo de jesuitas de Camboya, se construye localmente como parte de un programa de inserción sociolaboral de personas con discapacidad. Es muy resistente y está elaborada con materiales accesibles. Cuenta con ruedas de bicicleta que permiten recorrer caminos irregulares.
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